El desarrollo de la mujer, su libertad, su independencia, deben surgir de ella misma y es ella quien deberá llevarlos a cabo. Primero, afirmándose como personalidad y no como una mercancía sexual. Segundo, rechazando el derecho que cualquiera pretenda ejercer sobre su cuerpo; rehusándose a procrear, cuando no se sienta con necesidad de hacerlo, negarse a ser sierva de dios, del Estado, de la sociedad, del marido, de la familia, simplificando su existencia tornándola más profunda y rica en nobleza
La historia del progreso está escrita con la sangre de hombres y mujeres que se han atrevido a abrazar una causa impopular, como, por ejemplo, el hombre negro al derecho de su cuerpo, o el derecho de la mujer a su alma
Si es verdad que en los Estados en que fue instaurado el sufragio femenino, la mujer participa de los mismos derechos del hombre sobre la propiedad, ¿de qué le vale esto a la masa de mujeres sin propiedad, a los millares de asalariadas, quienes viven al día? La igualdad en el voto no afectó sus condiciones […] Seis millones de mujeres asalariadas; seis millones de mujeres que tienen el mismo derecho que los hombres a ser explotadas, a ser robadas, a ir a huelga, y siempre, a morirse de hambre
La sociedad considera que las experiencias sexuales de un hombre forman parte del desarrollo de su personalidad; en cambio, esas mismas experiencias realizadas por las mujeres son una terrible calamidad, constituyen la pérdida del honor y de todo lo que se considera noble y bueno para el ser humano. Este doble aspecto de la moral ha tenido mucho que ver en el origen y perpetuación de la prostitución … Los moralistas siempre están dispuestos a sacrificar una mitad de la humanidad en beneficio de alguna miserable institución que no están dispuestos a perder
No existe un solo lugar donde la mujer sea tratada en base a su capacidad de trabajo, sino a su sexo. Por tanto, es casi inevitable que deba pagar con favores sexuales su derecho a existir […] es sólo una cuestión de grado el que se venda a un solo hombre, dentro o fuera del matrimonio, o a muchos
Los defensores de la autoridad temen el advenimiento de una maternidad libre, porque les quitará su presa. ¿Quién va a luchar en las guerras? ¿Quién va a generar riquezas? ¿Quién va a hacer de policía, de carcelero, si las mujeres se negaran a criar hijas en forma indiscriminada? ¡La estirpe, la estirpe! grita el rey, el presidente, el capitalista, el cura. La estirpe debe ser preservada, aunque la mujer se vea degradada a la condición de mera máquina
Emma Goldman
No hemos terminado aún con la pesadilla de la pandemia de Covid 19 y ya ha vuelto la barbarie en su forma más cruel, la guerra. Decimos que ha vuelto pero en realidad nunca se fue, pues la guerra es una constante en la trágica historia de la humanidad (hay una media de más de 20 guerras en activo cada año). La guerra en Ucrania es una más en la lista de crímenes contra el ser humano, con la única salvedad de que en esta se oyen las palabras más terroríficas posibles: armas nucleares. Los ¿líderes? del mundo han decidido que el negocio más rentable a nivel mundial, la venta de armas, debe seguir su macabra escalada de beneficios. Por un lado tenemos a un psicópata, Putin, con deseos de hacer “historia” y sueños (¿pesadillas?) de gloria, con intenciones imperialistas aunque esto cueste miles de vidas y la ruina de millones de seres humanos. Pero por otro, los otros psicópatas, la OTAN, que busca también su beneficio en el río revuelto, aunque haya que “agitar el agua para que los peces salgan a la superficie y poder pescar”. Y en medio de todo esto la población indefensa, millones de civiles que ven cómo se truncan sus vidas, si consiguen conservarlas, ante la avaricia de quienes se han erigido como los “grandes timoneles” del mundo. ¡Demasiada testosterona en el ambiente! ¿Esto es geopolítica o avaricia, odio, falta absoluta de empatía y desprecio hacia los Derechos Humanos y la vida?
La guerra en Ucrania ha demostrado la solidaridad de Europa, de sus ciudadanos y ciudadanas, para acoger a los millones de refugiados y refugiadas que huyen del terror (algo sin duda muy loable), pero también ha demostrado que hay refugiados de primera y de segunda. La guerra en Siria (detrás de la que también se encontraba Rusia) expulsó de este país a 12 millones de personas a las que Europa cerró las puertas y las fortificó con alambre de espino… y este es solo un ejemplo, hay muchas más guerras en África y Asia de las que apenas hemos oído hablar más de un par de minutos en las noticias (y por supuesto, tampoco tendremos en cuenta el auténtico genocidio que suponen las migraciones en masa, como los miles de hombres y mujeres, niños y niñas que cada año mueren en la travesía marítima hacia Europa).
En cuanto a la situación de las mujeres en estos últimos meses, lejos de haber mejorado más bien tiende a empeorar un estado ya de por sí inhumano. Veamos unos ejemplos a nivel internacional: en Afganistán han vuelto a obligar el uso del burka en mujeres y niñas, lo que supone, más allá de la limitación de las libertades de las mujeres, un ataque a todos sus derechos, pues detrás del burka se esconde una situación terrible (aconsejamos a nuestros lectores y lectoras la película Kandahar de Mohsen Makhmalbaf y el libro Mil soles espléndidos de Khaled Hosseini, donde podrán apreciar con pavor la vida de las afganas en el régimen talibán); volviendo a Ucrania, las denuncias de violaciones de mujeres y niñas por soldados rusos se multiplican de forma alarmante (en realidad las mujeres son las víctimas doblemente agredidas en todas las guerras, las que ocurren en Europa también, recordemos lo sucedido en Bosnia Herzegovina, en la antigua Yugoslavia); y más guerras, Amnistía Internacional solicita urgentemente el control del armamento en Sudán del Sur y la investigación inmediata del terrible aumento de la violencia sexual en la contienda; en el “mundo libre” también parece que la situación empeora, pues la orgullosa bandera de la libertad, Estados Unidos, ha comenzado a preparar la prohibición del aborto, a negar a las mujeres el libre y legítimo derecho a decidir sobre su cuerpo, y todo ello bajo el nuevo reinado de la moral puritana, de la vuelta de la más casposa ideología conservadora y reaccionaria, lo que seguro terminarán imitando el resto de países que ven en el “amigo americano” los verdaderos valores de la civilización (no solo el ataque es contra los derechos de las mujeres, en este país se prepara una ofensiva legislativa contra la comunidad LGTBI+, que también imitaremos, dando un paso atrás en los derechos conseguidos). Mientras tanto, y como muestra de esta ofensiva reaccionaria, en nuestro país, la extrema derecha, Vox, ya gobierna en Castilla y León y, como aviso a navegantes, una de sus primeras acciones ha sido derogar la Ley de Violencia de Género, sustituyendo además el concepto “violencia de género” por el de “violencia intrafamiliar”, por lo visto no se han dado cuenta que el 99% de las víctimas de esta violencia son mujeres, cuyo crimen es “ser mujeres” ¿blanqueando la violencia machista? Y esto solo es el principio, esperemos a las elecciones autonómicas, y después a las generales, y contengamos la respiración… o rebelémonos contra esta mentalidad retrógrada que pretende hacernos dar pasos atrás.
Pero centrémonos en España, en la situación en la que se encuentran las mujeres tras la “superación” de la pandemia (esperemos que el virus sepa que ya hemos terminado con él). Para ello vamos a hacer un brevísimo repaso de las noticias aparecidas en la prensa estos últimos cuatro meses (simplemente nombrar todos los atentados cometidos contra las mujeres en este pequeño periodo de tiempo nos llevaría toda la revista), donde podremos apreciar que la violencia machista ha aumentado y ha superado los niveles prepandemia (niveles que ya eran de por sí escalofriantes), y se ha cebado con todas ellas sin importar la edad, aunque la peor parte se la está llevando la generación más joven: “Los menores son el grupo que más aumenta en los casos de violencia machista en 2021, tanto en víctimas como en agresores”. Unos ejemplos, “Un grupo de jóvenes viola a una menor en Málaga”, “Entrenador de voleibol detenido por abusos a menores a las que entrenaba”, “Fisioterapeuta viola a bebé de 2 años”, “Un grupo de menores viola a dos niñas de 12 años en Valencia”[1], “El 80% de las jóvenes sufre acoso en las Redes Sociales”, “Un joven de 19 años asesina a su exnovia de 17 en Totana, Murcia”, “Aumenta el número de redes de prostitución con menores en centros de acogida tutelados en Valencia”, “Niña de 14 años aparece asesinada por un joven de 22 años con antecedentes por violencia machista en Alcalá la Real, Jaén”, “En libertad el detenido que propinó una paliza a su novia de 17 años en Jerez”, “Ingresa en prisión el acusado del asesinato y violación de una niña de 14 años en Oviedo, que ya tenía varias denuncias por agresión desde 2019”, “Aumenta un 26% de menores víctimas de violencia de género protegidas por la policía”, “Casi 200 menores están en riesgo medio o alto por violencia machista”, “Las Fuerzas de Seguridad tienen 836 casos activos de víctimas de violencia machista menores de 18 años, de las que 15 se encuentran en riesgo alto; 173, en medio; en 360, bajo y en 288 los agentes no han apreciado peligro”... Y esto era solo en menores, veamos algunos ejemplos de violencia en mujeres adultas: “Mata a su esposa e hija y después se suicida en Lloret de Mar”, “En 2021 aumentó un 16,7% la violencia de género en Castilla-La Mancha”, “Una de cada cuatro mujeres ha sufrido violencia machista, física o sexual, alguna vez en su vida”, “900 mujeres y niñas han sido liberadas de la `trata´ en los últimos 3 años en España”, “Las llamadas al 016 aumentan un 18% respecto al año anterior” (“Solo en febrero de 2022 aumentan las llamadas al 016 un 70% respecto al año anterior” / ”Las llamadas al 016 crecen un 35% en enero de 2022 respecto al año anterior”).
Y ahora Canarias: “Aumenta la violencia machista, y el negacionismo en Redes Sociales, en jóvenes en Canarias tras la pandemia”, “2021 fue el año con más condenas por violencia sexual en Canarias”, “Asesinada por su marido una mujer de 82 años en Tenerife”, “Denuncian una violación a una niña de 14 años en Arrecife: ´estaba preocupada por salir de allí viva´ dijo la víctima”…
Y las mujeres no son las únicas víctimas: “Aumentan las agresiones al colectivo LGTBI+”, “Agresión colectivo LGTBI: Una docena de estudiantes de un instituto de Valencia son expulsados por una agresión homófoba”…
Como vemos, la situación es terrible ¿Recuerdan aquel editorial en el que poníamos en duda ese estúpido mantra “de esta saldremos mejores”? Pues sí, hemos salido mejores, mejores guerras con mejor armamento, mejores formas de agredir y asesinar a mujeres y niñas, mejores formas de humillar y agredir a la comunidad LGTBI+… en definitiva ¡hemos mejorado! La finalidad de la Revista LAS ha sido desde su nacimiento la denuncia de la violación de los derechos de las mujeres en cualquiera de sus formas, especialmente la violencia, y desgraciadamente parece que tendremos trabajo por mucho tiempo, pero no se preocupen los representantes del patriarcado asesino, nos queda mucha energía y ganas de batallar por la igualdad y la libertad, y lo haremos hasta conseguir la victoria final. ¡Asesinos, preparaos, comienza nuestra ofensiva!
¡Por favor, no nos olvidemos de La Palma!
Damos las gracias a nuestras colaboradoras y colaboradores habituales (como siempre, auténticas responsables de esta revista): Leopoldo García Beneito en Política, Cathaysa Pérez Espino con la investigación de eCIS, Roberto Perdomo Rodríguez en Psicología y, como nueva incorporación, Keila González Rodríguez que en este número se estrena como articulista en Antropología. También a nuestras artistas Dácil Hernández Olivero (en este número además de las ilustraciones de portada y contraportada, que siempre dibuja ella, vuelve a regalarnos algunas ilustraciones), Andrea Perdomo García por el diseño de portada, Cristina Arce Castro (que además de ilustraciones vuelve a entregarnos un Relato) y Ana Sofía Casillas Fernández. Las nuevas incorporaciones son: Amanda María Dolores Fernandes Castro, Laura Sophie Bohm, Itahisa Betancor González y Tauce Renda Perera en Ilustración; Rocío Moreno Gálvez en Fotografía; y finalmente, Gian Aliborno (que también participa con ilustraciones) y María Isabel Rivero Bracamonte en Cine y Literatura.
¡A todos y todas ellas, muchísimas gracias!
Esperamos que nuestras lectoras y lectores, como siempre, disfruten de este número. Mucho ánimo y salud para todos y todas.
¡NO A LA GUERRA!
Francisco Pérez López, director eCIS y Revista LAS
[1] Este caso en particular me ha resultado especialmente repugnante. Según cuenta la prensa, la jueza, a pesar de encontrar indicios de violencia sexual y recibir el informe de Urgencias que señala coincidencias de las heridas con las habituales en violaciones, ha dejado en libertad vigilada al grupo de menores que presuntamente violó a las dos niñas de 12 años. Hasta aquí repugnante, como todos los casos similares, pero ahora viene lo peor: los jóvenes fueron recibidos a la salida de los juzgados como auténticos héroes, a uno de ellos incluso se le paseó a hombros por la calle, mientras se les jaleaba con vítores y aplausos. ¡Qué tristeza! ¡Qué país! ¡Qué indignación!
Nuestras colaboradoras/es
Artículos
Leopoldo García Beneito
Keila González Rodríguez
Roberto Perdomo Rodríguez
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Cine y literatura
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María Isabel Rivero Bracamonte
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Ilustraciones y fotografía
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Gian Aliborno
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